Juguemos. Ejercicios para divertirse con el sexo.

Esta es la clave, jugar y divertirse con el sexo, no conseguir orgasmos y eyaculaciones. Estos, cuando hayan de venir, vendrán. Pero hay que pasarlo bien, no obtener resultados, incrementar la comunicación y el crecimiento erótico, la complicidad y los buenos momentos.

Escribimos ambos separadamente lo que nos gustaría hacer, sin pensar en el otro. Sólo pensando en vuestro propio deseo, sus fantasías o lo que le resulta atractivo. Sin pensar, ni temer, lo que el otro pueda pensar cuando lo vea. Se acuerda un día y una hora para intercambiar los resultados y se señalan las coincidencias. Comenzamos sin miedo ya, a no acertar.

Es importante también tener una actitud positiva y «no crítica» (funcionamos autohostigándonos y hostigando a la otra parte, sin darnos cuenta), y que la iniciativa sea alternante, por turnos cada x días como máximo. El cambio y dinamización de vuestra sexualidad aumentará en poco tiempo.

Tabla de contenidos

Sugerencias:

    • En otros lugares, en vez de en la cama, mesa, suelo, etc…
    • En sitios públicos como vestuarios de grandes almacenes, ascensores, casa de los suegros o amigos, etc…
    • Al aire libre en la playa, el campo, en la azotea sobre una tumbona, etc…
    • Con fresas, bombones, leche condensada, nata, sirope…
    • En la cama pero improvisando una interpretación sexual con el concierto que tenéis de fondo, sexo con ritmo… de broma y risas.
    • Fotos, espejos y filmación del sexo.
    • Compartiendo juguetes sexuales… e incluso fantaseando con un tercero que puede ser mujer o hombre, un conocido o conocida, un actor o actriz…
    • Diciendo obscenidades, insultos eróticos, etc… o palabras dulces de amor.
    • Intercambiar fantasías, uno se cuenta al otro las que tiene y puede jugar a interpretarlas. También puede empezarla uno y acabarla otro.
    • Atándose o amordazándose, tapándose los ojos y jugando con texturas frías, calientes, suaves, ásperas, etc…
    • Escenificando roles como de sumisa y amo, doctora y enfermero, pirata y doncella, etc…
    • Afeitarse el pubis uno a otro.
    • Correrse en la cara, pechos u otra parte del cuerpo del otro o en la boca.
    • Masturbándose delante de la pareja.
    • Usar variadas posturas coitales…
    • Buscar el punto «g».
    • Sexo anal.
    • Doble penetración.
    • Cibersexo.
    • Ir a un hotel de parejitas…

Como el espíritu y el cuerpo deben estar en concordancia, es bueno que escribamos lo que nos gustaría también que el otro cambiara en este sentido, por ejemplo:

Que él sea más dulce y cariñoso, que me mire a los ojos mientras lo hacemos, que me abrace antes o después, que no se preocupe por si su erección dura más o menos o si yo llego o no al orgasmo… que no se preocupe en un sentido negativo y de hostigación propia o culpabilización ajena.

Que ella esté  más relajada, que no se paralice si ve al otro más cansado, que no se exija resultados, que dejemos fuera de la cama tanto nuestra hiperconfianza de amigos, como nuestra falta de confianza y rencores por incomunicación.

¡A pasarlo bien y con optimismo!

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