¿Obstaculizan los niños la intimidad sexual de la pareja?

¿Obstaculizan los niños la intimidad sexual de la pareja? - PsicoÓptima

Obstaculizan los niños la intimidad sexual de la pareja. La llegada de un niño -y lo peor, de varios- podría ser un obstáculo o una forma de afianzar el amor de pareja. Si es deseado puede fortalecer la unión de la pareja, siempre que se le preserve a esta, un espacio adecuado y bien gestionado.

Tabla de contenidos

El seísmo del nacimiento

Continuar haciendo el amor

» Los hijos son engendrados para irse, la pareja está hecha para durar».
» Nuestra pareja era el centro de nuestras preocupaciones hasta que nacieron los hijos «

En el pasado, cuando la elección de tener o no hijos no se planteaba y cuando se daba sistemáticamente prioridad a la vida familiar, las parejas desgraciadas o mal avenidas apretaban los dientes y valoraban que la prioridad había que dársela a los hijos. Pero el advenimiento de la cultura hedonista y la valorización del individualismo cambiaron esto. Desarrollarse como individuo se convirtió en el fin de nuestras existencias. Una prioridad que modeló profundamente nuestra concepción de la pareja y de la familia.

A partir de ese momento histórico, vivimos juntos o nos casamos por amor. Y el niño aparece como una prolongación de esta unión, su resultado más bien que su finalidad. «Los niños son proyectados en un momento elegido del futuro de sus padres», confirma Serge Hefez, psiquiatra, psicoanalista y terapeuta de pareja. Son portadores de » la genética» de la pareja. «Pero, cuando el niño aparece, es también el principio del aterrizaje en la realidad y sus dificultades para sus padres. El bello amor narcisista y romántico es suplantado, de repente, por los gritos y los llantos de una persona minúscula , el bebé, que ocupará todo nuestro espacio y tiempo. Por lo que Obstaculizan los niños la intimidad sexual de la pareja.

El seísmo del nacimiento

«La idea de que la llegada de un niño puede ser un acontecimiento que cree problemas en la pareja es muy reciente», constata Serge Hefez, que ve desfilar en su gabinete parejas que son padres primerizos, que no logran reencontrarse después de un nacimiento. » Muchos de ellos son parejas «espejos», observa. Muy enamorados, apasionados, se articulan alrededor de un «narcisismo mutuo «. La llegada del niño entonces es vivida como un seísmo, porque produce la separación, la diferenciación. No sólo son los padres del niño, sino que también son padres entre ellos. Incluso algunos, cariñosamente , empiezan a llamarse entre ellos «papá», «mamá». En ese momento se separan, se hacen dos, un hombre y una mujer, un padre y una madre. No siguen formando más una sola entidad, la pareja. Desde entonces, la «pareja espejo» vuela en pedazos o amenaza con hacerlo».

Según el psicoanalista Gérard Bonnet, «Hoy día nos damos cuenta con mayor claridad que la llegada de un niño es una prueba, una apuesta. Lo que significa que también se sabe que la unión, el lazo íntimo de la pareja debe transformarse si quieren proseguir el camino juntos». Es lo que Serge Hefez llama: «hacer sitio a un tercero «. «El niño puede entonces insertarse en medio de la pareja, sin separarla, comprueba Jocelyne Dahan, mediadora familiar. Si el niño ha sido generado por el auténtico deseo de cada uno y si ambos padres se han unido en la búsqueda de ese niño, todo continuará bien. »

Pero para ello debe respetarse un tiempo y espacio para la pareja, apenas pasen los primeros meses de adaptación a los intensos cuidados del recién nacido.

¿Obstaculizan los niños la intimidad sexual de la pareja? Cómo continuar continuar haciendo el amor

Todavía hay que tener ganas de continuar vibrando con frecuencia al hacer el amor, hay que seguir cultivando nuestro erotismo. Si no, la pareja está en peligro.

Para Gérard Bonnet, «no hay ninguna razón para pensar que la dimensión erótica va a desaparecer tras el nacimiento del niño». Pero, en este momento, reencontrar la sexualidad pasa por la ternura, que debe imponerse tras el nacimiento, porque servirá para relajarse tras la llegada del bebé, cuando la líbido está un poco dormida». La sexualidad se vuelve entonces el lugar privado de la relación de pareja.

Pero, a menudo, la ruptura de las relaciones sexuales de la pareja tras el nacimiento del primer hijo, es una premonición de la futura separación. Gérard Bonnet es categórico: «Es absolutamente necesario que la vida de pareja se convierta en la primera fuente de satisfacción de cada uno.» Desconfiemos cuando se le achaca al nacimiento del bebé la falta de deseo sexual hacia tu pareja; seguramente hay otros motivos para no reemprender la vida íntima. Si no resolvéis esto, pasado un tiempo, en Psicoóptima podemos ayudaros. Somos expertos en terapia de pareja y sexología.

Blanca Isabel Soria Arranz

Sexóloga, Psicoterapeuta Experta en Terapia de Pareja

Imagen: Freepik