Se cree que la infidelidad en la pareja es algo que afecta hasta a un 30% de ellas, actualmente. Produce un efecto devastador en ésta y heridas en el que la sufre que cuesta mucho superar. Además, es la primera causa de separación o divorcio. La pareja del que realiza la infidelidad padece sentimientos de humillación, ira, baja autoestima, depresión, ansiedad y un gran desconcierto.
Esto se debe a que en la pareja estable, el cónyuge o compañero sentimental, es el primer pilar de apoyo emocional e, independientemente del tema sexual, la seguridad de la persona se tambalea porque la figura de apego emocional que había proyectado en la pareja le es desleal. Siente que el o la otra , en quien tenía depositada su mayor confianza, le ha traicionado, ya no puede confiar en él.
Por otra parte, como hombres o mujeres deseables, sufrimos un tremendo batacazo en nuestra autoestima que deteriora la autoimagen y por tanto, su confianza. El que sufre infidelidad se plantea si no es bastante atractivo, si ya no gusta, si no es suficientemente bueno, inteligente, «sexi», para el otro etc…
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¿Hay alguna forma de asegurarse de que tu pareja, o uno mismo, no volverá a cometer una infidelidad?
La forma no es controlarla ni aislarla, desde luego. La única manera es partir de unos principios sólidos en que se tenga claro que se ha establecido un compromiso de pareja estable, cerrada a posibles aventuras u otras posibles parejas eventuales o permanentes y que uno es libre de escindir ese compromiso en cualquier momento en que los sentimientos de amor que lo sustentan cambien.
Y después, entender que el estar enamorado, el querer a la otra persona sólo, no es garantía de fidelidad. Los seres humanos en general podemos ser polígamos y poliándricas, es decir, podríamos tener varias parejas. La monogamia es un constructo social determinado por varios factores, entre ellos el económico. Nos guste o no admitirlo, todos los seres humanos nos sentimos atraídos por varias personas a lo largo de nuestras vidas.
¿Qué garantiza entonces que podamos ser fieles?
Ser honestos y entender que es un tema de voluntad. De decidir serlo por principios y amor a la otra persona. Y evitar el peligro , por si acaso. Dice el sabio refranero español, que «quien evita la tentación, evita el peligro». Por eso, si te sientes atraído por una persona que no es tu pareja, corre. Evítala. Si está en tu trabajo, al menor indicio, huye del contacto. Si coincides con él o ella con frecuencia, cambia de hábitos. No participes de situaciones en que pueda darse la oportunidad de flirtear. No te quedes sólo/a con él o ella en lugares dónde pueda haber ocasión para un acercamiento.
Y fomenta una buena relación psico-afectivo sexual con tu pareja. Planea buenos momentos para pasar juntos. Viajes, salidas, espectáculos… Propicia encuentros íntimos. Cambia de escenarios. Jugad. Divertíos. Escúchala con el corazón y con la mente, dedícale tiempo. Exprésale con sinceridad y abiertamente tus sentimientos. Cuida de tu relación,no lo des todo por hecho y seguro.
¿Cómo reconstruir la pareja si ya se ha producido la infidelidad?
Si ya se ha producido la infidelidad, para reconstruir la pareja hay que pasar por un proceso que necesita tiempo y trabajar en ello, si es posible con la ayuda de un profesional de la terapia de pareja. El proceso terapéutico pasa por encontrar las causas, los factores predisponentes, precipitantes y mantenedores de la infidelidad y, una vez resueltos, elaborar el perdón y restaurar la confianza, así como solucionar los problemas o puntos débiles que había en la pareja o en la persona, para salir fortalecidos, y no volver a defraudar al otro.
La reconciliación que se busca en la pareja después de la infidelidad tiene que pasar por un proceso de pedir perdón y perdonar. Las partes de los procesos que llevarán a la reconstrucción de la pareja son:
1-Evaluación de la pareja y de la infidelidad
Aspectos de la propia relación, como alto grado de conflicto, falta de calidez emocional.
Factores externos a la relación como exceso de trabajo, persecución de alguien externo a la relación.
Características del que ha sido infiel, por ejemplo, no estar a gusto con las relaciones sexuales, ira y castigo al traicionado, inseguridades hacia él mismo, trastornos de personalidad.
Características del traicionado, por ejemplo, sensación de abandono, malestar en la proximidad emocional, en las relaciones íntimas, historia de su desarrollo, dificultades emocionales o conductuales a largo plazo.
2-El proceso hacia la reconciliación
Pedir perdón y ser perdonado. Lo que no significa de ninguna manera aceptar que esto vuelva a ocurrir, ni justificar lo que ya ha pasado.
El conocimiento y/o análisis de lo que ha ocurrido.
El proceso de pedir perdón.
Reconocer que lo que hizo causó daño u ofendió al otro.
Sentir de verdad el dolor del otro.
Analizar su propia conducta.
Definir un plan de acción para que no vuelva a ocurrir.
Comprometerse con reconstruir la pareja.
Pedir perdón explícitamente al otro.
Restituir el daño causado.
3-El proceso de perdonar la infidelidad
Análisis y reconocimiento del daño sufrido.
Elegir la opción de perdonar.
Aceptación del sufrimiento y de la rabia.
Establecer estrategias para autoprotegerse.
Una expresión explícita de perdón.
4-La reconciliación y la reconstrucción del amor
Cuánto tiempo y el tipo de infidelidad es determinante en cuanto al perdón.
Cada pareja irá conformando cual será el legado de la aventura.
Hay que dejar ir, sin embargo. Diferenciar entre el pasado y presente. No somos dueños de nuestra memoria. No quiere decir que olvidemos, pero si que procuremos no pensar en ello y no sacarlo a relucir cada dos por tres en nuestra relación.
Cada persona y cada situación requiere su tiempo. «La confianza se vuelve a ganar con el tiempo si el infiel demuestra que la aventura a finalizado radicalmente. No hay que desesperar ni imponer al otro un tiempo de recuperación determinado. Aunque se trabaje en intentar ver la situación de la mejor manera.
Es imprescindible que el autor reconozca su culpa, si no, el otro no recuperará su seguridad. Aunque estuvieran sufriendo una crisis de pareja en que el mayor causante pudiera ser el que sufre la infidelidad. Eso se estudia en Terapia de Pareja como factor predisponente o determinante para poderlo superar, pero la infidelidad nunca es la solución. Todos tenemos problemas alguna vez en la pareja y no los evadimos con la infidelidad.
El dañado debe recuperar su vida y su autoestima, volviendo a sus quehaceres habituales y rodeándose de amor, familia, amigos.
No hay que exigir al otro todos los detalles de su relación, porque nadie olvida la imagen de su pareja teniendo relaciones con otro, por lo tanto, los detalles excesivos es preferible evitarlos.
Hay que conceder por parte del infiel un tiempo de «permiso» si el otro precisa cierto control e inspección de nuestros movimientos para recuperar la confianza. Pero el que padeció la infidelidad no debe permitirse tampoco excesos en este sentido para no obsesionarse .
Y finalmente, recordar y repetir lugares ,viajes reuniones con amigos o familia donde la pareja fue feliz y construir nuevos momentos que compartir, planeándolos activamente. Así como incrementar encuentros de intimidad en pareja y renovar iniciativas a compartir sexualmente.
Pasado un tiempo y trabajando en todo el proceso, volveremos a sentirnos bien.
Blanca Isabel Soria Arranz
Sexóloga
Imagen: Revistaik