Cómo reducir la ira y el enfado en nuestras relaciones con los demás

Cómo reducir la ira y el enfado en nuestras relaciones con los demás - PsicoÓptima
Reducir la ira y el enfado. La ira es un problema que sufrimos todos cuando no aceptamos lo que nos ocurre, muchas veces reflejo de nuestras propias necesidades insatisfechas.

Reducir la ira y el enfado es más complejo de lo que pensamos. Para ello, hay que utilizar una habilidad fundamental: la empatía, sentimiento que nos hace entender al otro. Esa es crucial para reducir la intensidad de nuestros ataques.

Hay personas que tienen una mayor ira que otras, por lo que realmente tendrán problemas de empatía. Pero no está todo perdido, pues esta puede ser desarrollada para no hacernos daño a nosotros mismos ni a los demás. Solo hay que ir consiguiendo hacer elecciones conscientes.

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Cómo reducir la ira y el enfado con una empatía consciente

Para reducir la ira y el enfado, es importante comenzar a trabajar para entender los sentimientos de otras personas a nivel consciente a través de un entrenamiento del cerebro.

Tienes que analizarte, pues esta es la forma más frecuente de “resolver nuestros problemas” en la actualidad». Mira si sientes intolerancia o hastío, además de que se unan con frecuencia a actitudes como gritos, tensión. También puedes notarlo físicamente con apatía o problemas digestivos.

Si es así, en realidad estás enfadado contigo mismo. Puede que no te hayas dado cuenta, pero tienes que aceptarlo para ponerle remedio. Seguramente te estés juzgando a ti mismo por unos parámetros que solo sirven para no estar contento contigo mismo.

Trabaja contigo mismo para sentir empatía

Para ser empáticos hay que comenzar a evaluar los sentimientos de las otras personas. Pero no solo quedarte en ellos, pues muchas veces lo que siente otra persona se refleja en la manera de pensar y en las interacciones. Deja que la otra persona se abra a ti para saber qué es lo que le está molestando y ponte en su lugar. Esto es la preocupación empática.

Por ello, para reducir la ira y el enfado tienes que eliminar los juicios negativos a través de la empatía, mientras que con la preocupación empática podrás responder basándote en las necesidades de ambos. Esos dos hechos reducirán bastante estos ataques.

La comprensión y la empatía

Cuando una persona es empática, tiende a comprender mejor tanto a sí mismo como a los demás, por lo que conseguimos reducir la ira y el enfado. Por ello, si te perdonas a ti mismo, si te comprendes, podrás perdonar más fácilmente a los demás.

Esto no implica que justifiques todo lo que los demás hagan, sino que comprendas por qué ha ocurrido un tipo de comportamiento. Así se evitan muchos conflictos, representaciones mentales de los acontecimientos que enemistan a las personas. Muchas veces no ha ocurrido nada, solo un desacuerdo.

Los problemas creados por estas representaciones mentales tienen una o más soluciones, el problema está en llegar a un fin justo para ambos. Además, es muy fácil acusar al otro de ser el creador del problema. Muchas alternativas no son fáciles porque no queremos que nos perjudiquen, la paz tiene un precio.

Qué hay que hacer para resolver el conflicto

Hay que actuar lo más pronto posible porque si no será demasiado tarde. Párate a pensar qué te ha llevado a esa situación e intenta hacerlo entender al otro con paciencia. Si no se resuelve correctamente el problema, si solo se deja pasar, volverá a surgir algo así tarde o temprano.

Cuanto más dejes avanzar la crisis, más difícil es pararla y la explosión será inevitable. Además, ganar estas discusiones tiende a implicar un coste del que no nos damos cuenta: podremos llegar a empeorar la relación que tenemos con la otra persona hasta ser irrecuperable.

Cómo poder calmarse

Cuando pasamos por un proceso de ira es muy difícil calmarse, por ello es importante utilizar la empatía para entender qué es lo que realmente nos enfada. Si no, estaremos juzgando mal a la otra persona y lo etiquetaremos de forma errónea. Las personas enojadas multiplican la hostilidad ante la persona que creen que les ha puesto así.

Cómo reaccionar

La gente tiende a reaccionar de formas diferentes ante la ira. Unos están preparados para manejarla pues perciben qué es lo que les hace enfadarse. Consiguen empatizar y controlarse para mejorar la situación. Otros son más sensibles y acaban sabiendo cuándo hay que retirarse ante lo que es desagradable de forma no violenta, con lo que se acercan a la comunicación satisfactoria.

Hay que cambiar nuestro diálogo para reducir la ira y el enfado. No hay que preguntarse qué es lo que te enfada, sino qué es lo que necesitas. No se puede justificar el enfado, sino conectar con ambas partes para ver qué es lo que realmente está pasando en nuestro interior.

Blanca Isabel Soria Arranz

Sexóloga

Imagen: Fee