¿Por qué no siento deseo hacia mi pareja aunque la amo?

¿Por qué no siento deseo hacia mi pareja aunque la amo? - PsicoÓptima

No siento deseo hacia mi pareja aunque la amo. -» Me quedo viendo fútbol o una serie hasta que Ana se duerme y entonces me acuesto silenciosamente junto a ella, porque no tengo ningún deseo sexual últimamente y temo que ella me demande hacer el amor».

-«Por la noche, cuando vamos a dormir, me pongo un pijama que me tapa hasta las orejas para desalentar cualquier propósito de acercamiento por parte de Juan».

Ana tiene 40 años y dos niños de 5 y 7 y hace 10 que se fue a vivir con su pareja. Pedro tiene 45 y una niña de 5 años. Hace 7 que se casó.

No tienen ningunas ganas de hacer el amor con su pareja. Ella tampoco siente deseo a solas. Juan a veces se motiva con pornografía por internet y se masturba rápidamente.

Vemos pasar por las consultas de Sexología muchas personas con este problema de bajo deseo sexual, hipoactivo o inhibido. El que manifiestan como más común es el que describen como no desaparecido del todo, sino más bien dormido.

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He llegado a la edad adulta y no siento deseo hacia mi pareja aunque la amo

En la edad adulta, el trabajo, los hijos, las responsabilidades laborales y los trabajos domésticos ocupan casi toda nuestra atención y nuestro tiempo y nos alejan de nuestra sexualidad y de nuestra pareja sentimental.

Toda la energía que movilizamos cuando nos enamoramos en los primeros años de nuestra relación, se va diluyendo con la rutina y las obligaciones del día a día y, lo que es peor, con el estrés y las preocupaciones cotidianas.

Al principio, le damos mucha importancia y nos consagramos a la relación y a la otra persona, aunque no es muy necesario, porque la llama de la pasión fluye ardientemente. Con el paso del tiempo, el tránsito de la pasión hacia una relación de cariño aunque aún haya también pasión, (sino no sería una relación de pareja, se habría convertido en otra cosa), pero más aminorada, que sería la segunda fase del enamoramiento, se negocia con dificultad.

Cada uno espera que el deseo se mantenga por sí mismo, si invertir ningún tiempo ni esfuerzo en ello, sin pensar que hay que alimentarlo para que no se lo trague la rutina. Frecuentemente piensa:» Como estamos enamorados, debemos tener deseo naturalmente», pero esto no es real, con el enamoramiento no basta. Algunas personas llegan a creer, incluso, que puede haber desaparecido el enamoramiento como causa del bajo deseo sexual. Dudan entonces de sus sentimientos de amor romántico y de la solidez de su relación.

Sin embargo, los sexólogos, psicólogos, psiquiatras… constatamos que en muchas ocasiones el deseo, para renovarlo y hacerlo emerger, sólo es necesario dedicarle tiempo a la pareja, a comunicar con él o ella pero, sobre todo a uno mismo, a nuestro descanso y cuidado personal, físico y espiritual, para que nos sintamos de nuevo deseables y deseadores. Para que podamos conectar con nuestra sexualidad y estar receptivos. Que no se trata de que queramos menos a nuestra pareja, no siento deseo hacia mi pareja aunque la amo, pero con el paso de los años, nuestro deseo necesita tiempo y dedicación para actualizarlo y hacer una «puesta a punto para poder desarrollarse adecuadamente».

Me avergüenza su mirada cuando me desnudo

Cuando te miras al espejo, es necesario que te encuentres deseable para poder desear al otro.

Con la lucha por desarrollar las distintas facetas de nuestra vida, el trabajo, el cuidado de los hijos y la familia, vamos descuidando nuestro físico. Para poder permitir ser seducido, es imprescindible, seducirse a si mismo. Por ese motivo es tan necesario el cuidado personal. No tiene nada que ver con cánones estéticos tradicionales. Uno puede saberse guapo o guapa, pero no sentirse atractivo. Y a la inversa, deseable aunque se reconozca no extraordinariamente bello o bella.

El espejo, nuestro espejo, nos devolverá la respuesta. El deseo será especialmente sensible a la percepción que se tenga sobre uno mismo. A nuestra autoimagen intima, pero también a aquella que percibe en el otro. Muchas veces, nos sentimos tan desvalorizados al tener una relación, que optamos por evitarla, por miedo a sentirnos mal después.

Reforzar de un modo auténtico, con mensajes positivos sobre lo que nos gusta de ella, reforzará su autoestima y le hará sentirse deseable.

Hay otros motivos, además, en esta etapa, que pueden disminuir el deseo, aún cuando continuemos amándonos, como problemas de comunicación e incomprensión que hayan generado resentimientos no solucionados y que hay que elaborar y resolver para que no se anquilose el distanciamiento. Pero eso lo veremos en otro artículo.

Blanca Isabel Soria Arranz

Sexóloga, Psicoterapeuta Experta en Terapia de Pareja

Imagen: Freepik