“El amor lo puede todo”, eso solemos creer cuando estamos en la primera fase del enamoramiento, pero después, cuando los problemas del día a día se acumulan y las diferencias entre uno y otro se ponen de relieve en la convivencia, hace falta una buena dosis de conocimiento, de uno mismo y de nuestra pareja. Es mediante la atención, la escucha y el respeto, en el sentido de consideración por las necesidades psico-afectivas, espirituales y también materiales del otro, como se mantiene una relación sana, plena y feliz.
Por ejemplo, los casos de bloqueos o formas inadecuadas en la comunicación, pueden convertirse con el tiempo en agresividad o inhibición, descontrol de la ira que genera distancia y resentimiento, conflictos emocionales propios que se proyectan en la pareja, o conflictos de intereses, momentos que pueden derivar en celos obsesivos, infidelidad, problemas con la familia propia y/o del otro, malos tratos rotundos o sutiles….
También en etapas difíciles como las expresiones agresivas en la adolescencia de los hijos o el abandono del nido cuando son mayores. Todo ello hace adecuada la intervención de un profesional de la terapia de pareja.
Además, cuando se produce la separación o divorcio, la elaboración del mismo, el manifiesto a la pareja, la noticia ante los hijos, el duelo y la reconstrucción de la propia vida siempre se necesita ayuda. Son procesos duros para las personas que pueden superarse con ayuda y acompañamiento terapéutico de un modo más rápido y con menor sufrimiento.
Por otro lado, las parejas se enfrentan cada vez con más frecuencia a problemas de baja fertilidad espontánea y a la presión de los resultados en los programas de fertilidad. Esto suele generarles una tensión que provoca bajo deseo e incluso imposibilidad de cumplimiento del coito por falta de erección en el hombre o dolor coital en el caso de la mujer.
Otro caso frecuente de consulta que nos encontramos, es el cambio o descubrimiento de distinta orientación sexual a lo largo de la vida de la pareja y el no saber cómo actuar ante esto o cómo preparar la manifestación familiar y social de la nueva situación.
Casos de mayor gravedad son el cuidado y las consecuencias en la familia de los problemas de adicción o trastornos mentales y crisis emocionales, de uno o los dos miembros de la pareja. La necesidad de terapia para el que lo padece y de apoyo y ayuda para el miembro cuidador de la pareja y el resto de la familia es primordial. En terapia de pareja se facilitan una serie de herramientas y técnicas de comunicación, reciprocidad positiva, resolución de problemas mediante la negociación que solucionan las creencias disfuncionales y las distorsiones cognitivas.
Las parejas rompen porque tienen luchas de poder y competencia, porque no aceptan la diferencia del otro e intentan cambiarlo, porque se instalan en la zona de confort de la rutina y apagan la magia de la pasión por falta de cuidado. Se deterioran porque hacen hincapié en las desvalorizaciones y en lo que ha fallado el otro. En la terapia de pareja se trata de aprender a trabajar en equipo, colaborando en favor de la felicidad del otro para ganar ambos.
“El amor lo puede todo”, eso solemos creer cuando estamos en la primera fase del enamoramiento, pero después, cuando los problemas del día a día se acumulan y las diferencias entre uno y otro se ponen de relieve en la convivencia, hace falta una buena dosis de conocimiento, de uno mismo y de nuestra pareja. Es mediante la atención, la escucha y el respeto, en el sentido de consideración por las necesidades psico-afectivas, espirituales y también materiales del otro, como se mantiene una relación sana, plena y feliz.
Por ejemplo, los casos de bloqueos o formas inadecuadas en la comunicación, pueden convertirse en con el tiempo en agresividad o inhibición, descontrol de la ira que generan distancia y resentimiento, conflictos emocionales propios que se proyectan en la pareja, o conflictos de intereses, momentos en que puede caerse en celos obsesivos, infidelidad, problemas con la familia propia y /o del otro, malos tratos rotundos o sutiles….
También en etapas difíciles como las expresiones agresivas en la adolescencia de los hijos o el abandono del nido cuando son mayores. Todo ello hace adecuada la intervención de un profesional de la terapia de pareja.
Mostras másAdemás, cuando se produce la separación o divorcio, la elaboración del mismo, el manifiesto a la pareja, la noticia ante los hijos, el duelo y la reconstrucción de la propia vida siempre se necesita ayuda. Son procesos duros para las personas que pueden superarse con ayuda y acompañamiento terapéutico de un modo más rápido y con menor sufrimiento.
Por otro lado, las parejas se enfrentan cada vez con más frecuencia a problemas de baja fertilidad espontánea y a la presión de los resultados en los programas de fertilidad. Esto suele generarles una tensión que provoca bajo deseo e incluso imposibilidad de cumplimiento del coito por falta de erección en el hombre o dolor coital en el caso de la mujer.
Otro caso frecuente de consulta que nos encontramos, es el cambio o descubrimiento de distinta orientación sexual a lo largo de la vida de la pareja y el no saber cómo actuar ante esto o cómo preparar la manifestación familiar y social de la nueva situación.
Casos de mayor gravedad son el cuidado y las consecuencias en la familia de problemas de adicción o trastornos mentales y crisis emocionales, de uno o los dos miembros de la pareja. La necesidad de terapia para el que lo padece y de apoyo y ayuda para el miembro cuidador de la pareja y el resto de la familia es primordial. En terapia de pareja se facilitan una serie de herramientas y técnicas de comunicación, reciprocidad positiva, resolución de problemas mediante la negociación que solucionan las creencias disfuncionales y las distorsiones cognitivas.
Las parejas rompen porque tienen luchas de poder y competencia, porque no aceptan la diferencia del otro e intentan cambiarlo, porque se instalan en la zona de confort de la rutina y apagan la magia de la pasión por falta de cuidado. Se deterioran porque hacen hincapié en las desvalorizaciones y en lo que ha fallado el otro. En la terapia de pareja se trata de aprender a trabajar en equipo, colaborando en favor de la felicidad del otro para ganar ambos.