El poder curador del pensamiento

El poder curador del pensamiento - PsicoÓptima
El poder curador del pensamiento.
El pensamiento es una energía-fuerza constituida probablemente por una onda y materia fototónica, como la luz (recordemos que la luz tiene carácter dual, es onda y materia en forma de fotón) y regida por las mismas leyes. Cuando hacemos que nuestro pensamiento se positivice, se positiviza toda la personalidad y toda la vida.

El tipo de pensamientos que tengamos es de gran importancia por sus efectos en nuestro organismo y en nuestra vida diaria. Lo que hacemos, lo que decimos y cómo lo decimos, lo que sentimos, todo tienen su origen en la mente. La energía de la mente humana es el pensamiento.

El pensamiento es como una semilla, cada pensamiento produce su flor y su propio fruto. Es decir, los pensamientos pueden ser constructivos o destructivos, amorosos o rencorosos (hacia los demás o hacia nosotros mismos), de felicidad o depresivos. Este es el poder curador del pensamiento.

El poder curador del pensamiento crea una realidad, tanto positiva como negativamente

Un pensamiento origina una emoción específica y esta emoción, una conducta o comportamiento determinado. Si tienes pensamientos negativos, te sentirás mal y disgustado. Si son positivos, alegre y optimista. Si queremos modificar un sentimiento, por ejemplo, de disgusto en las personas deprimidas, tendremos que comenzar cambiando el pensamiento que lo provoca:

Pensamiento ——— Emoción ——— Conducta ———

Este es el flujo habitual. Lo que pienses y hagas ahora determinará, pues, tu futuro. El Doctor Escudero por ejemplo identifica el pensamiento con el volante de un coche que nos dirige en una dirección u otra.

Se dice: «Eres lo que piensas«. Es verdad que la calidad de nuestros pensamientos, tarde o temprano, se hace visible mediante la calidad de nuestras palabras, nuestros comportamientos e incluso a través de las expresiones de nuestras caras. Nuestro pensamiento se exterioriza pues con nuestras palabras, gestos, acciones y comportamientos.

Cada pensamiento es una potencia vibratoria que influye en las demás personas y en la naturaleza como lo han demostrado estudios científicos realizados en plantas. Estas parecen «reconocer» expresiones del ser humano.

Desde que Einstein formuló su teoría de la relatividad en 1916, los científicos han descubierto que las partículas subatómicas se comportan de formas peculiares. Por ejemplo, el movimiento de estas partículas está modificado por la persona que las observa.

Lo más sorprendente de que el pensamiento influye sobre la materia a un nivel energético es que sustenta los hallazgos de determinadas curaciones milagrosas; la mente y los pensamientos tienen un efecto sorprendente sobre la armonía del cuerpo. Está demostrado que pueden alterar el comportamiento de sus componentes más diminutos, las partículas subatómicas, las mismas energías que van a construir su estructura y a formar sus sistemas interrelacionados, según afirma Jack Angelo. Esta energía puede verse como el poder curador del pensamiento.

Para «aprender el arte de pensar en positivo», o mejor dicho, crear pensamientos positivos, podemos intentar una descripción de algunos de los tipos de pensamiento que crea nuestra mente. Vamos a partir de que hay cuatro clases de pensamientos. Si los reconocemos, podemos distinguir los pensamientos que nos den beneficio,(positivos) y descartar los que son inútiles o dañinos (negativos) para nosotros.

Los cuatro tipos de pensamiento son:

1-Pensamientos necesarios o mundanos: son los que se refieren a nuestra rutina diaria, qué hacer de comer, qué nos ponemos de ropa, cuánto vale algo que necesitamos, cuándo tengo que llevar el coche a revisión, etc.

2-Pensamientos inútiles: son los que no tienen utilidad constructiva ni negativa. Por ejemplo los que se refieren al pasado o al futuro, a menos que sea para recrearnos en algo placentero o recordar algo aprendido con la experiencia los del pasado, o para planificar la construcción práctica de algo positivo y tener una motivación, los de futuro. Por ejemplo: ¿Y si esto no me hubiera ocurrido? Si perdiera mi trabajo… Si me hubiera acostado con él… Si hubiera un accidente… Si le hubiera dicho esto… Qué pensará cuando le diga …

Muchos de nuestros pensamientos son de este tipo nos consumen mucha energía y tiempo y debilitan nuestra concentración para focalizarnos en lo que realmente nos interesa. Nuestras vidas no cambiarán pensando en el pasado (muy típico de las personas mayores, añoranza de un porvenir que se agota en el presente), ni en el futuro si no es para preparar acciones que nos beneficien. Es decir, nuestro futuro sólo cambiará cambiando el presente.

3-Pensamientos negativos: es el pensamiento que te produce daño a ti y a los demás. Son los pensamientos que nos hacen sufrir sin necesidad. Es un pensamiento destructivo física y psicológicamente. Provoca un consumo excesivo de energía, con pérdida de nuestra paz interior. Es aquel pensamiento que te quita la paz, la tranquilidad, que te produce malestar, infelicidad y hasta la enfermedad.

Los pensamientos negativos están basados en la ira, la avaricia, expectativas insatisfechas, desacuerdos, tristeza, preocupación, odio, celos, miedos, pesimismo, autoestima baja, cualquier pensamiento que nos haga sufrir o nos provoque ansiedad. La ira, la hostilidad y la depresión de forma mantenida y crónica son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto, la angina de pecho, la hipertensión arterial, etc.

4-Los pensamientos positivos: son los pensamientos que te dan paz, tranquilidad, bienestar y salud. Es el pensamiento que nos hace sentirnos bien. El objetivo del pensamiento positivo es mejorar nuestra calidad de vida.

Entonces si quieres vivir mejor a todos los niveles, lo que hay que hacer es pensar sobre todo en el bien que necesitas traer a tu vida para ser feliz. Al hablar del bien que necesitamos estamos ordenando a nuestro cerebro buscar soluciones a nuestros problema, y no dejemos de hablar así hasta lograr nuestros propósitos.

Hay que reprogramar de nuevo nuestro «ordenador cerebral» de forma correcta con una reeducación mental. El poder del pensamiento genera energía y de nosotros dependerá que esta sea constructiva o destructiva en nuestras vidas.

Blanca Isabel Soria Arranz

Sexóloga

Imagen: Arquitetando estilos