Qué siente un hombre cuando tiene problemas de erección. Francisco Cabello Santamaría, malagueño autor de varios libros sobre la sexualidad humana, la disfunción eréctil, eyaculación precoz y otras disfunciones sexuales masculinas y femeninas, fue uno de mis profesores y recuerdo que al comenzar la clase sobre disfunción eréctil, con su habitual sentido del humor, nos dijo:
-«Hay que ver cómo somos los hombres, tenemos un par de gatillazos y nos creemos que se nos ha muerto para siempre»…
Y es que la tradición cultural, el sustrato inconscientemente transmitido sobre la virilidad tiene esa faceta destructiva; el hombre no puede «fallar», pues deja de serlo.
«El terror primigenio a no servir, a no dar la talla reproductiva se nos ha quedado en el sistema “machista” de considerar, 500.000 años después de dejar de ser animales, que el hombre cuanto más animal más macho, que un hombre con un trastorno o una disfunción o una enfermedad que afecte a sus genitales deja inmediatamente de ser un hombre. ¡Como si al hombre lo definiese sus genitales!
Muchos llegan a abandonar por completo su vida sexual, se encierran en sus trabajos, en Internet y la porno-incultura en sus aficiones, en sus amigos, en las adicciones, pero no acuden a un médico/a o a un sexólogo/a«, nos dice el Doctor Pedro Villegas.
Sin embargo no es más que una cuestión de educación, de falta de educación sexual, en este caso o, lo que es casi peor, de mala educación sexual.
¿ Qué siente un hombre cuando tiene problemas de erección y cómo pide ayuda?
La mayoría de los hombres cuando vienen a una consulta de Sexología llevan ya mucho tiempo padeciendo una disfunción y sin atreverse a buscar ayuda profesional. Llegan muy avergonzados por la presión inconsciente que le producen los prejuicios antes mencionados. Casi todos, sin embargo, cuando acaban la primera cita salen con una sonrisa y dicen sentirse muy aliviados y con gran motivación para seguir la terapia, convencidos del buen resultado final. En mi caso además, en Psicoóptima, hay muchos que se ofrecen ya recuperados a hablar con los “nuevos”, acudir para ayudarlos a no sentirse solos en su recuperación.
He de decir que en los últimos años, no obstante, se nota un gran avance en este sentido. Hay más información «de la buena», de la científica, y ha hecho su efecto. Acuden mucho antes y además, con menos temor y, por primera vez en mucho tiempo, vienen recomendados por otras personas que ya encontraron cura en nuestras consulta.
Sólo unos años atrás casi nadie venía referenciado de Sexología, sencillamente, porque no se atrevían a contarlo. Las parejas se enfadaban muchísimo con ellos porque no buscaban remedio y acababan deteriorando la relación porque les creaban inseguridad.
Hay que tener en cuenta que la pareja de la persona que padece una disfunción sexual sufre mucho porque siempre tiende a pensar que la causa profunda es su poca atracción por ella.
Es una consecuencia más del machismo, que con esos falsos mitos sobre que el hombre tiene que estar siempre «dispuesto» para tener relaciones, lo daña a él mismo, generándole una obligación de resultados que le causa tal presión inconsciente, que lo lleva en ocasiones a bloquearse.
Paradójicamente , cuanto mejor desee un hombre «quedar» con su pareja, cuanto más altruista se muestre con ella en este sentido, más probable es que se autopresione para obtener el resultado en el coito que él considera óptimo y esto le genere ansiedad de ejecución y el consiguiente «gatillazo» o fallo eréctil.
¿ Qué siente un hombre cuando tiene problemas de erección? Una vez que ha tenido algunos problemas ocasionales, como que no alcance suficiente dureza o durabilidad en la penetración, va con temor a las siguientes relaciones.
Se concentra en si puede o no penetrar y, en caso de que lo logre, en cuanto tiempo durará con suficiente erección, lo que hará focalizar su atención en la autoobservación concentrada en su pene .
Si dedica su atención al funcionamiento de su pene deja de estar centrado en la erotización; en disfrutar de la imagen de su pareja desnuda, en las caricias, besos, succiones, frotación… con lo que pierde la concentración en la erotización, y como consecuencia, su erección baja y es disfuncional.
En las siguientes ocasiones para tener encuentros sexuales procurará la evitación porque empezará a percibir la relación sexual como una experiencia negativa que le lleva al fracaso.
Esto hará sentirse frustrada a su pareja que le demandará y el habrá llegado entonces a generar una ansiedad de ejecución, es decir, un miedo patológico o nerviosismo incontrolado y bloqueo tal que puede llegar a producirle sensación de mareo, taquicardia, sudoración, etc…
La pareja no suele entender lo que ocurre y piensa que es por su causa, que él ha dejado de desearla… Y ya tenemos una relación disfuncional.
Si os ocurre esto, acudid lo antes posible a terapia sexual, así vuestro problema no se cronificará y será mucho más fácil solucionarlo. Ánimo, en poco tiempo lo superareis para toda la vida.
Sexóloga
Imagen: Sebastian and Millicent