El triángulo dramático-tóxico de las relaciones: víctima, perseguidor, salvador

El triángulo dramático-tóxico de las relaciones: víctima, perseguidor, salvador - PsicoÓptima

Derivado del análisis transaccional, integrado en los juegos psicológicos descritos por la teoría, según Mary Gohin, el triángulo dramático-tóxico ha sido planteado por Karpman y se aplica a todas las interacciones humanas, ya sea en el dominio personal, en una relación laboral o en una relación de pareja o de familia en general, y también de amistad.

Este modelo establece que, en ciertas situaciones de interacciones conflictivas, los actores (en psicología social, el que se encuentra en una situación social se llama actor) crearán un juego psicológico dramático con líneas predecibles para respaldar uno de los roles predefinidos e intercambiables del drama.

Estos tres roles son los que desempeñamos cuando entramos en conflicto entre nosotros.

Tabla de contenidos

Roles del triángulo dramático-tóxico

Víctima «¡Pobre de mí!»

En el drama de la interacción, es una persona que ha estado sufriendo durante mucho tiempo, y siente una sensación de impotencia, desesperanza. Esta persona necesita tanta ayuda como los que la critican y se culpa a sí misma por sentirse infeliz. Ante sí misma, se se siente irreprochable, aunque externamente, siempre parece desanimada, incapaz de tomar decisiones.

Su tono de voz a menudo es triste y sus mensajes giran en torno a «Después de todo lo que hago para…», «No hice nada para crear esta situación que no puedo cambiar», «Estoy solo en el mundo», » Estoy sobrecargado de trabajo».

Hay dos tipos de víctimas:

1. La víctima sumisa: se siente devaluada y débil. A menudo tiene un miedo muy fuerte a quedarse sola, y sin nada, es dependiente.

2. La víctima rebelde: Es agresiva y lanza muchas demandas. A menudo tiene un miedo muy fuerte de ser abandonada.

El Perseguidor «¡Todo es tu culpa!»

En el drama de la interacción del triángulo dramático-tóxico, es una persona que tiende a menospreciar a los demás, criticándolos porque son estúpidos, incompetentes. El Perseguidor culpa, critica, acusa y piensa que todos los problemas relacionados con la situación de conflicto se deben a los defectos de los demás y, en particular, a aquellos que se consideran víctimas. El perseguidor se posiciona en un lugar de controlador. A menudo, el perseguidor piensa que domina muy bien la situación y que sin su presencia, todo sería catastrófico. Es alguien que a menudo está enojado y se coloca en un papel autoritario y severo en su relación con los demás.

Su tono de voz es, por tanto, también autoritario y frecuentemente agresivo. Lanza mensajes como «No estarías en esta situación si me hubieras escuchado», «Lo que hago lo hago es mejor que tú», «No quiero lastimarte, seré sincero contigo»

El Salvador «Te voy a ayudar»

En el drama de la interacción, es una persona que tiende a verse a sí mismo en una posición «superior». Se presenta como un salvador, tanto si los otros se lo piden, como si no, mientras que inconscientemente no quiere salvar a nadie. Por el contrario, mantendrá a la víctima en su papel de víctima y esperará el fracaso de su intervención. El Salvador se considera a sí mismo, fundamentalmente bueno.

Sus mensajes son de este tipo: «Dime, lo comprendo todo», «Me ocupo de todo», «En tu lugar, yo …»

El mecanismo del juego psicológico

Entramos al triángulo inconscientemente por cualquier lado, sabiendo que podemos cambiar roles en cualquier momento. Pero a menudo, tenemos un papel predominante más frecuentemente que otros en casi todas nuestras relaciones.

Los actores en el juego carecen completamente de empatía y están estancados en el papel que desempeñan. El juego ofrecerá a todos una identidad que llenará su vacío emocional. Los actores se vuelven dependientes unos de otros.

El juego crea incomodidad y causa sufrimiento, independientemente de la posición que uno tome.

El papel central está en manos de la víctima. Culpa a todos y a sí misma, y su culpa se une al juego, dejando que el proceso pase en un círculo que nunca tiene una solución, siempre y cuando los actores desempeñen un papel.

El triángulo dramático es alimentado por el cambio de rol. La víctima se convierte en verdugo o salvador, el salvador se convierte en víctima o salvador, etc.

La interacción puede involucrar a dos, tres o más personas. Algunas personas juegan el triángulo solos, ante sí mismos, o con todos. Eso significa que están desempeñando un rol y siempre están buscando un compañero en el juego.

Un ejemplo

Aquí hay un ejemplo de una interacción entre un hombre y su pareja.

Pablo (Perseguidor): ¡Como no tengas cuidado, se quemará la cena!

Vanessa (Víctima): ¡Tuve que contestar el teléfono!

Pablo (Perseguidor): ¡Ah! ¡Todavía estás en el teléfono!

Vanessa (Víctima): Tengo que responder cuando suena.

Pablo (Perseguidor): ¿Qué pasa con el contestador automático? Si lo dejas hacer su trabajo, ¡podrías hacer el tuyo bien!

Vanessa (Salvador): Nunca se sabe lo que puede pasar. Tengo que responder… ¿y si fuera importante? Si fuera mi madre o tu madre… o quién sabe quién, quién necesita ayuda.

Pablo (Víctima): Trabajo todo el día en un trabajo que odio.

Vanessa (Salvador): Sí, estás haciendo un trabajo difícil.

Pablo (Víctima): ¡Y ni siquiera puedo sentarme para tener una buena cena!

Vanessa (Salvador): Puedo hacer cualquier otra cosa, si quieres.

Pablo (Perseguidor): ¡Ah, no, no! Te entretendrás demasiado tiempo como de costumbre.

Vanessa (Perseguidor): ¡Si se moviera para contestar el teléfono, no tendría que estar en el horno y el molino y la cena no se quemarían!

Pablo (Víctima): Cuando llego a casa, solo necesito sentarme y relajarme. ¡No sabes lo que es mi trabajo!

Vanessa (Perseguidor): ¡Por supuesto! ¡Como si cuidar de los niños y la casa no fuera un trabajo!

El diálogo puede continuar indefinidamente. No hay solución porque todos asumen su rol y este rol alienta al otro a respaldar el suyo.

Este juego es repetitivo y agotador.

Saliendo del triángulo dramático-tóxico

Todos tenemos la oportunidad de retirarnos del juego o, mejor dicho, nunca ingresar en este juego relacional tóxico.

La respuesta más simple es aquella que no es defensiva. Debemos detener el juego, tomar distancia de lo que se dice y, especialmente, ser conscientes del juego que se prepara para rechazarlo. Porque en un juego, ¡necesita jugadores!

Ejemplo:

Vanessa (Perseguidor): ¡Si se moviera para contestar el teléfono, no tendría que dejar de vigilar el horno y la cena no se quemaría!

Pablo: Si, eso es correcto

Pablo (Víctima): Cuando llego a casa, solo necesito sentarme y relajarme. ¡No sabes lo que es estar todo el día con tanta presión en el trabajo!

Vanessa: Siento que te sientas cansado.

Después de las respuestas no defensivas, los argumentos del otro se agotarían. No es ni comprometerse a algo que no quieras, ni perder la razón; es saber escuchar al otro y tener en cuenta la realidad del otro.

De hecho, cuando te sientes incómodo en una relación, es muy probable que estés dentro del triángulo en que tengas un rol.

Debemos aprender a reconocer el juego, a ser conscientes de ello para salir o, mejor, a no ingresar. Pero cuidado, los demás intentarán meterte dentro del triángulo. Te pondrán trampas y cebos.

Para no entrar o salir, tienes que:

-Ser honesto: di lo que piensas sin mentirte en situaciones difíciles.

-Respetarte y respetar a los demás: asume la responsabilidad sin sentirse culpable, sintiendo empatía al aprender a amarte y a amar a los demás. No ser pusilánime ni narcisista.

– Negociar para poder manejar la complejidad de las situaciones: pensar en grupo o en pareja y no individualmente, dejar de ser emocionalmente dependiente.

En una pareja, todos deben ser conscientes del papel que desempeñan, la forma en que se crean. Es necesario prohibir fiscalizar las faltas y las culpas, aceptar la responsabilidad de la propia contribución a las dificultades relacionales. Ambas partes deben entender que tienen una opción. Un Perseguidor no puede obligarte a ser una Víctima y una Víctima no puede obligarte a convertirte en un Salvador… etc.

En un equipo de trabajo, debemos asegurarnos de que no hayamos ingresado en el juego. Si tienes dificultades interpersonales, entonces estás en el triángulo y, por lo tanto, en la negación. Es necesario mejorar la cohesión del equipo para sacarlo del juego, para que sea un grupo que pueda ser gestionado como un todo. Las necesidades del equipo, sus expectativas y objetivos deben ser reestablecidos. No entrar en detalles.

Si has entrado en bucle y no sabes cómo acabar con el problema, en Psicoóptima podemos ayudarte. ¡¡¡Cuando salimos del triángulo, jugamos situaciones ganar-ganar!!!!

Blanca Isabel Soria Arranz

Sexóloga, Psicoterapeuta Experta en Terapia de Pareja

Imagen: Freepik